domingo, 30 de agosto de 2009

¿Árboles o anillos?

Desde que emergió en nuestro planeta, la vida ha sufrido muchos cambios. Las características fundamentales de las diferentes formas de vida que han existido en la Tierra han variado ampliamente a lo largo de su evolución. En este espectáculo biológico, la endosimbiosis ha tenido un papel de tremenda importancia: la aparición de la célula eucariota fue un proceso clave en la cronología de la vida terrestre. Pero, ¿y si la endosimbiosis hubiera tenido un papel todavía más relevante como mecanismo evolutivo?

Hace una semana, leyendo el blog de Carl Zimmer vi un post en el que presentaba un artículo publicado por James Lake, tres días antes. Lake, investigador de la Universidad de California, fue quien propuso en 1984 la hipótesis de los eocitos, que tan buena acogida ha tenido posteriormente. En el artículo del pasado 20 de agosto, Lake propone que la endosimbiosis fue también responsable de la introducción de una novedad evolutiva anterior a la de la célula eucariota, y de repercusiones aún más básicas. Sugiere que las bacterias Gram negativas se podrían haber formado a partir de una endosimbiosis entre actinobacterias y clostridios.


Lake, 2009

Esta hipótesis se sustenta en el análisis de presencia/ausencia de ciertas proteínas de más de 3000 procariotas diferentes, computado mediante métodos que distinguen entre árboles y anillos evolutivos. Los anillos evolutivos, como el mostrado en la imagen de más arriba, o este otro, muestran relaciones de fusión génica o genómica, en lugar de referirse a una descendencia vertical estricta. La información sobre los métodos la podéis encontrar esbozada en el artículo de Lake, y con mayor profundidad en algunas de sus anteriores publicaciones.

Las bacterias Gram negativas han tenido una repercusión enorme en la evolución biológica, geológica y atmosférica, y, si la hipótesis de Lake fuera cierta, el potencial de la endosimbiosis como mecanismo evolutivo tendría una doble ilustración bastante llamativa, como parte del origen de los dos taxones más diversos y significativos para la vida de nuestro planeta. Además, cabe destacar que en la génesis de la célula eucariota participaba al menos una bacteria Gram negativa. Como dice Zimmer, estaríamos formados por microbios dentro de microbios dentro de microbios.

LAKE, J. A. (2009), Evidence for an early prokaryotic endosymbiosis, Nature, 460: 967-971

PS: El artículo es muy reciente y no he leído ningún comentario más que el muy respetuoso de Carl Zimmer. Me gustaría mucho que comentaseis (autores, lectores, visitantes casuales y demás amigos invisibles) vuestra opinión sobre esto. La verdad es que alegraría un poco el blog =)

domingo, 23 de agosto de 2009

Viaje por las Europas (I): Abadía de Santo Tomás (Brno)


El agobiante calor de este año, por suerte, no me ha cogido de lleno. La estrategia ha consistido en evitar salir de casa y, cuando ha sido posible, evitar permanecer en la ciudad. Durante dos semanas, entre julio y agosto, emigré al norte junto a cinco amigos (entre ellos, una de las autoras ausentes de este blog) y recorrimos Frankfurt, Baden-Baden, Estrasburgo, Múnich, Salzburgo, Viena, Budapest y Berlín. Espectacular.

Uno de los lugares más interesantes sobre los que pude poner pie fue la abadía agustina de Santo Tomás, en Brno. Igual que nos pasó al caminar bajo la Puerta de Brandenburgo, sobrecoge situarse en un lugar donde se ha escrito la historia.

Johann Mendel, que tomó el nombre de Gregor al ingresar en la abadía, estudió en aquel lugar meteorología, comportamiento y diversidad de las abejas y las leyes de la herencia en plantas. Paseamos sobre el terreno donde se erigía el invernadero, y caminamos alrededor del huerto exterior. Casi podíamos oler los guisantes.

Mendel, tras ingresar en la abadía, cursó estudios agrícolas en el Instituto de Tecnología de Brno y estudió física, matemáticas, historia natural y anatomía y fisiología vegetal en la Universidad de Viena. Un año después, se construyó el invernadero en el jardín de la abadía, por orden del abad Napp, quien fue un impulsor intelectual para Mendel a lo largo de sus últimos años de vida. Fue entonces cuando realizó sus famosísimos experimentos de hibridación de plantas. Tras la muerte del abad, fue Mendel quien su sustituto. Sin embargo, mantuvo sus trabajos de investigación, especialmente con sus observaciones de meteorología y sus estudios sobre la diversidad de las abejas. Murió en 1884 siendo un importante miembro de la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno y de la Asociación Meteorológica Austríaca (de la que fue fundador), pero como un completo desconocido a nivel mundial.

Siempre que pienso en todo lo que hizo este hombre, me pregunto qué hubiera sucedido si su obra no hubiera caído en el olvido durante más de treinta años hasta su redescubrimiento por Correns, de Vries y von Tschermak, en 1900, y
la traducción al inglés de su obra por Bateson, un año más tarde. ¿Hubiera llegado antes la síntesis moderna? ¿Qué impacto hubiera tenido su obra? Mendel murió en 1884, ¿hubiera llegado a ver cómo se le relacionaba con las tesis darwinistas? ¿Cómo hubiera reaccionado ante ello?

Personalidad muy curiosa. Desde luego, me gustaría saber más sobre él. Por desgracia, el Mendelovo Muzeum cerraba exactamente a la misma hora a la que llegamos, y no pudimos entrar. En fin, quedará pendiente para nuestra próxima visita a Brno (bonita ciudad y precioso país, por cierto).