sábado, 14 de noviembre de 2009
Agua en la Luna
domingo, 1 de noviembre de 2009
Pseudociencias I: El Secreto: Misticismo quántico con un poco de marketing.
Con aproximadamente una inversión inicial de 26 euros podemos conseguir todo aquello que podamos desear; dinero, relaciones sociales, éxito profesional, sin excepciones, todo lo que podamos pensar. Es un timo demasiado evidente, pero si lo dotamos de un contexto fraudulento basado en los caminos más oscuros de la física cuántica, unos cuantos casos particulares positivos -no reproducibles, por supuesto- y una buena minería de citas, obtenemos la razón del éxito de The Secret. Este libro New Age de autoayuda sigue proponiendo lo mismo que otros tantos basados en paradigmas pseudocientíficos como la programación neurolingüística, sin embargo, ha logrado un éxito sin precedentes; llegándose rodar una película documental o publicar una edicion del mismo para jóvenes. ¿Por qué este secreto se vende mucho mejor que otros de inspiración similar? Una elaborada campaña de marketing puede que sea la respuesta pero, nada más vemos el minuto 3 del documental nos percatamos que su éxito puede deberse a un elaborado maquillaje de la doctrina para parecer sustentada por principios científicos. El embauque se fundamenta en una “ley natural” conocida como la ley de la atracción falazmente reforzada con malas interpretaciones del principio de incertidumbre y obviando por completo la decoherencia cuántica. De este modo, basándose parcialmente en principios físicos, propone que nuestros pensamientos son ondas las cuales pueden atraer como un imán el contenido conceptual de esas construcciones mentales, o como el libro resume: “thoughts become facts” . Esta modificación a voluntad de la realidad requiere disciplina la cual se consigue asociando los pensamientos a sentimientos positivos.
El paradigma propuesto en The Secret es evidentemente pseudocientífico, no solo por el mal uso de elementos de teorías científicas en su elaboración, que pueden confundir al profano en la materia, sino por razones más profundas. Se evidencia este carácter al presentar leyes naturales generales de las que se ofrecen pruebas anecdóticas –caso particulares positivos de seres humanos con entorno complejo- sin tratar de evaluar de manera elegante los fundamentos de
Otro aspecto que permite descartar el paradigma presentado como ciencia, es el uso de medidas poco resolutivas -registros poligráficos- para caracterizar por completo los elementos fundamentales de la teoría los pensamientos. Tamoco se cuestiona la falta de entidad o de mensurabilidad del concepto presentado-. Evitar la precisión no es propio de la labor científica, en la que los elementos fundamentales deben ser directamente relacionados con observables mensurables de una manera clara y si no lo son, deben ser tratados con cuidado. Pero, fundamentalmente, lo que la caracteriza como pseudociencia es la ausencia de falsabilidad: se invoca a un retraso necesario para el correcto funcionamiento del universo entre los pensamientos y los hechos que estos atraerán, retraso durante el que se puede producir la reflexión y consecuente modificación del pensamiento inicial. De este modo, cualquier prueba experimental que planteemos puede permanecer oculta en el tiempo de retraso que no es caracterizado por los proponentes de la teoría y en el que además puede variar el posible resultado por modificación de los contenidos mentales.
No es el único lobo con piel de cordero que merodea por las estanterías, antes de comprarlo recomiendo que se vean los primeros 20 minutos del documental que se ofrece gratuitamente en you tube. Eso si, te ahorrare el final: si quieres dominar el secreto tendrás que comprar el libro.